Datos personales

Mi foto
Nadie puede conocer al resto del mundo sin primero conocerse bien a si mismo . Pienso que las personas estamos hechas de carne y huesos, encantos y defectos. Bienvenidos.

viernes, 17 de agosto de 2012

Capitulo 5

Era sábado por la noche y era hora de cenar en casa de Stefannie. Ella decidió comer sola en su habitación para no verles la cara a sus padres y de paso evitar preguntas de su hermano. Qué bien que al menos la netbook era de ella y no podían prohibírsela, todos menos la computadora. Si le cortaban el internet le robaría el WiFi al vecino.

Llamó por teléfono a Lali para preguntarle que había hecho y qué onda con ese chico con el que salió. Había resultado que era el amigo de un primo de ella. Habían intercambiado besos y al parecer quedaron en verse en unos días. Bien. Su amiga tuvo una noche amorosa con un chico que no estaba nada mal, y que encima resultó ser bastante simpático. Cortó la llamada y comió un poco. No tenia sueño, así que puso música y comenzó a navegar en internet. Entró al blog de Jonhy. Había publicado un texto llamado “Enamorado de mi sombra”. Era un texto bastante profundo el cual hizo pensar mucho a Annie, decía así:

La soledad es la compañía de los corazones rotos. Es la cobardía de aquel romance que nunca fue. Son los besos que nunca le diste a nadie, son el polvo de luna que nadie ha logrado tocar. La soledad. Palabras frías y sucias, vacías y a la vez con tanto sentido. Las horas pasan y crees que el viento te traerá un amante que a medianoche tocara desesperado la puerta de tu dormitorio. Son fantasmas, son ilusiones muertas. La soledad te rodea por la noche, te abraza, te engaña, te ruega que seas su amiga. No tenés el valor para decirle que no… ni para decirle que si. Simplemente hechas tu vista a un lado esperando que las lagrimas inunden tu cama. Recorres tu abdomen con tus manos, con la yema de tus dedos. Te preguntas que te regalara el destino, y cerras los ojos para imaginarte los pensamientos mas auto-atormentadores posibles. Te ahogas en tus palabras. Te ahogas en tu llanto. Y solo quedas vos, vos y tu sombra. Tu única compañía. Estoy enamorada de mi sombra, mi única constante seguidora de las noches, mi replica obscura. Es difícil perseguir un sueño cuando la persona a la que amas está mirando otros cielos, otras estrellas… quisiera decirte lo que siento, pero temo el rechazo y lo tengo asegurado.

Eran sentimientos muy hermosos. Tristes, pero hermosos. La pregunta era… ¿Para quién van dirigidas estas palabras? Jonhy estaba enamorado y alguien no le daba bola. Era eso quizás porque no podía contárselo por vergüenza y quizás ese era el gran problema por el cual se drogaba, aunque debería ser algo demasiado grave. Annie vio la hora. Era medianoche. Sus padres estaban durmiendo y su hermano mirando televisión en el living. Se abrigó y bajó las escaleras rápidamente. Su hermano le preguntó adónde iba a esa hora y ella tiró diez pesos arriba de su falda. –Si preguntan estoy durmiendo, no dejes que entren a mi pieza- dijo abriendo la puerta.

-¿Pensás que con diez pesitos me vas a sobornar?- dijo mirándola con cara de asco, sosteniendo el billete entre sus dedos.

-Ok- agregó ella- acá tenés diez más- y le tiró otro billete. Su hermano le asintió con la cabeza y le mostró pulgares arriba.

Aunque su hermano la cubría, le molestaría poco otro castigo, después de todo ya no le tenían confianza. Así que se fue rumbo a la casa de Jonathan para ver que le pasaba. Solo eran un par de cuadras, nada mal. Era sábado, medianoche. Habían autos que pasaban con música y le gritaban de todo, ella seguía fingiendo que no escuchaba nada. Haciendo sonar sus botas te plataforma y dejando que el viento volara su melena. Finalmente llegó adonde deseaba y le mando un sms a su amigo que le abriera la puerta, o la ventana. En fin, que la dejara pasar. Al instante se abrió una ventana, asomó la cabeza Jonhy por ella y le dijo a Stefannie que saltara y entrara.

-Me pregunto porque a esta hora y sin avisar, venís para acá- dice con cara de tremenda sorpresa. Ella se sentó en la cama y él lo hizo de igual manera.

-Vine porque leí algo en tu blog y me parece que es hora de que e desahogues conmigo como lo has hecho durante años- contestó – a vos te pasa algo feo y en vez de solucionarlo te comes el dolor y no hay nada peor que puedas hacer. Quiero que me digas que te pasa, quiero ayudarte, intentarlo. De a dos las cosas funcionan mejor, no te enfrentes solo a cosas a las que no estás preparado. Posta…-

Él se relamió los labios, al parecer contenía lágrimas o angustia por dentro.

-Viste que te pedí que me prometieras algo…- dijo.

-Sí, recuerdo-

-Prometeme que por más de lo que yo te diga, vos vas a seguir siendo mi amiga, que no te vas a enojar conmigo por más duro que sea para vos-

-Lo prometo, lo juro.- dijo ella tocándose el pecho con ambas manos.

-(Suspira, piensa) estoy enamorado de un imposible Annie. De alguien que jamás se fijaría en mi-

A Stefannie se le destrozó el corazón al verlo así. Sus ojos al borde del llanto y le temblaban los labios. No sabía que decirle.

-Mi vida- le dijo abrazándolo fuerte- no creo que alguien que no te de bola te merezca, si vos sos lo mas bueno que hay. No puedo creerlo, ya me decis quien es la idiota que te tiene así que voy a la casa y la reviento a patadas, decime no mas vos…-

Jonathan lloraba. Muchos dicen que no es “de hombre” llorar. Yo creo que es lo más humano que hay, es sacar tus penas, es descargar todo lo malo que guardas dentro.

-No quiero que hagas nada, solo quiero que me abraces y me prometas que vas a estar conmigo pase lo que pase…- dijo entre lagrimas, y esa tremenda desesperación cuando no podes respirar en el llanto.

-No me meto, está bien, pero dame nombres. Quiero saber quién te gusta, solo porque sos mi amigo y quiero saberlo-

Se hizo un silencio. Solo se escuchaba la reparación de ambos. Jonathan se soltó de los brazos de Stefannie y se apoyó contra la pared.

-Vos…- dijo en voz baja y temblando- vos, me gustas vos, estoy enamorado profundamente tuyo hace rato y quise ignorarlo. Pero no puedo-

Annie quedo con los ojos abiertos y mordiéndose los labios. No podía creer lo que había escuchado.

-¿Estás hablando en serio Jonathan?- dijo seria.

-Jamás fui más sincero en mi vida- contestó – No se juega con el amor y no quiero joderte. Pero me pediste sinceridad y eso es lo que siento, quisiera evitarlo pero te amo, Annie, y aunque seas mi amiga, mi cómplice e incluso mi hermana de alma, me gustás-

Otro silencio incomodo. Ninguno de los dos sabia que decir. Jonathan pensó que había cometido el peor error de su vida, y Stefannie quería que fuese tan solo un sueño. Más bien una pesadilla. Su mejor amigo, el cual sabía todo sobre ella… estaba enamorado de ella. Lo había ocultado quien sabe durante cuánto tiempo y ella no lo había notado. Nadie lo había notado. Por un lado sentía lastima de alguna manera por él. Y sentía como en segundos se había hecho trizas su amistad.

-¿Me podes decir desde cuando sentís esto por mi?- dijo con curiosidad.

-No sé, me di cuenta cuando fuimos creciendo. Cuando empezamos a ser adolescentes, cuando crecíamos y poco a poco me gustabas más… al principio creí que te pasaba lo mismo conmigo. Pero el tiempo pasaba y éramos solo amigos, me contabas que te gustaban otros chicos y ahí me di cuenta de que era imposible-

-No sé qué decirte- dijo Annie helada- es algo bastante duro para mi aceptar que mi amigo no me ve como una amiga…-

-Se que va a ser complicado pero quisiera que todo lo que te dije no afecte nuestra amistad. Voy a seguir guardándote secretos y dándote consejos. Voy a seguir cuidándote y queriéndote.-

-No puedo ignorar esto, Jonathan-

-No ignorarlo. Tomarlo como lo que es… un problema. Pero intentemos solucionarlo, no le demos bola. Aunque me gustes… voy a tratarte como lo que realmente sos: mi mejor amiga-

-Quisiera que esto fuera una broma, un chiste de mal gusto- dijo Stefannie apoyando su cabeza sobre la pared.

-Entiendo que estés enojada- agregó él- pero quisiera que sepas que no controlo lo que siento. ¿Hubieras preferido que me lo guarde por el resto de mi vida y me muera de angustia?-

-No, obvio que no, pasa que es bastante jodido saber que tu mejor amigo te tiene ganas. Entendeme vos también-

-No son simples ganas, no es eso. Estoy enamorado. Esto es real, no es un juego ni un simple deseo. Te quiero, pero de otra forma-

-Entiendo, es complicado de entender, tampoco quiero entenderlo. Es muy raro para mí todo esto… necesito tiempo para digerirlo.-

-Si crees que es complicado para vos, imaginate para mí, sufro de un amor no correspondido y acabo de asesinar una amistad.-

-Sí, tenés razón- dijo Stefannie mirando el techo. No quería mirarlo a los ojos- creo que es hora de que me vaya. Mis padres no deberían saber que vine, pueden pensar cualquier cosa de mí. Estoy castigada también-

-¿O sea que no podes visitarme ni salir estos días?-

-No. Y… sé que puedo sonar bastante idiota, pero quisiera pasar un tiempo sin vernos. Necesito algo de tiempo, quiero abrir mi cerebro y dejar que mis neuronas descansen. Y que mi corazón le encuentre sentido a varias cosas que ahora, no logro entender-

-Me parece bien- contesta Jonhy- pero creo que nada entre nosotros va a ser el 100% como lo era antes…- (la mira) ¿te acompaño hasta la puerta?-

-Entré por la ventana, supongo que puedo salir por ahí. Chau, nos vemos eh- dijo, seca. No quería hablar de más.

Se dieron beso en la mejilla y Stefannie salió de regreso a casa. Su hermano seguía mirando televisión, lo que significaba que sus padres no se habían enterado de nada y seguían durmiendo. Subió las escaleras, y se acostó. Le era imposible dormirse. Había tenido una noche aun más dura que la anterior, porque se había enterado de algo tan… raro.

Se sentía totalmente confundida. Sentía cosas nuevas. No sabía si la noticia la había hecho enojar, entristecer o si las palabras tiernas de su amigo le habían mordisqueado hasta el último latido de su corazón. Abrazaba la almohada, contemplaba la obscuridad. En

Su casa, Jonathan, miraba por la ventana al cielo observando la belleza de los astros. Dos almas solitarias que no eran correspondidas por alguna razón.

-Me pregunto qué hice para que se halla enamorado de mi- pensaba Stefannie.

-Me pregunto qué hice para que no se enamore de mi- pensaba mientras Jonathan.

El reloj hacia mover sus agujas y la noche no acababa. Ambos sin poder dormir, ambos llenos de dudas e inseguridad. Ambos tan solos pudiendo estar juntos. Ambos guardando un secreto. Qué triste que ella solo lo veía como un amigo. Pero, esperen. Tiempo al tiempo, las heridas y el vacio son cosa del tiempo. Un amor no correspondido se soluciona correspondiéndolo. Stefannie pensó en todos los momentos que compartió con él. Los abrazos, las largas charlas en el balcón hasta el amanecer, cuando juntos iban a bailar y la pasaban tan bien… aquellas noches en las que llovía y miraban películas de terror con Lali. Eran los tres mejores amigos, y pronto todo acabaría. Ya no mas peleas de barro en el campo de Lali ni mas saltos a la cuerda en la plaza. Todo, era un recuerdo.

Luego de cinco meses…

Todo dio un giro de 180 grados. Stefannie había hablado bien con Jonhy, y ella se dió cuenta de que no habría otra persona que la quisiera tanto como él. Pasaron un tiempo como amigovios, ella empezó a sentir cosas nuevas por él, empezó a enamorarse. Llegó el día en que ella sacó a la luz sus sentimientos, decidió decírselo todo a la salida del boliche una noche de verano. Jonhy había sido la persona más feliz del mundo cuando escuchó las palabras “También me gustas. Quiero intentar algo con vos”. Esperar había valido realmente la pena. Tras decir esto, un beso selló lo que ahora era oficial: el amor había causado efecto en ambos. Porque el amor se construye de a dos. Stefannie sintió cosas hermosas y nuevas, que dieron lugar más tarde a un noviazgo. Fue algo shockeante para aquellas personas que los habían visto siempre jugando el papel de mejores amigos, para Lali fue una sorpresa que al principio no le agradó y más tarde le encantó, y terminó saliendo con el chico de aquella noche en el pub. Jonhy se hizo amigo de Bruno, el nuevo novio de Lali. Todo un tema. Pero las cosas poco a poco tomaron lugar y el verano fue una bomba de fiestas. Los padres de Stefannie tardaron en entender todo lo sucedido, y su hermano era un molesto pero por suerte le gustó el hecho de que fuera Jonathan su novio. En fin, todo mejoró y los castigos de Annie ya habían desaparecido. Nuestra querida freak había encontrado el amor, cosa que jamás creyó encontrar en alguien tan cercano como su mejor amigo. Esto puede de alguna manera dejarnos un mensaje:

Podemos creer que estamos solos pero solo no sabemos apreciar nuestra compañía”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario